GÓMEZ DE LIAÑO, IGNACIO
El primer contacto con la poesía de Ignacio Gómez de Liaño lleva la mezcla imbatible de lo cotidiano y lo prohibido. Los romances que recitaba La Petra, la cocinera de la casa, tenían la forma clara y la rima fácil, pero hablaban de oscuros amores incestuosos. El niño no podía entender aún los reproches de la madre que no hacían más que avivar la curiosidad y suscitar la extrañeza: un punto de partida inmejorable para una poesía de búsqueda. ¿Sería él también capaz de encontrar las palabras, los ritmos capaces de provocar reproches o temblores, lo que fuera, con tal de ir más allá del propio lenguaje? ¿Sabría jugar con las palabras, forzarlas hasta emocionar, provocar, impeler? Este libro reúne esos tanteos, esas aproximaciones que anunciaban el poeta que llegaría a ser aquel niño que rellenaba libretas de hule. Ya lo delataban, tan joven, sus preguntas de viejo sabio: ?¿Cuánto tiempo lleva persiguiéndote tu hado??.