G. WELLS, H.
En un momento de desgaste personal y abierto escepticismo, H.G. Wells, uno de los escritores más importantes de la literatura occidental, realizó el relato de su vida hasta 1934, fecha de publicación de este Experimento en autobiografía. En una primera parte, el autor de La máquina del tiempo o La guerra de los mundos, repasa su niñez, la vida familiar y una embrollada educación, el periplo como estudiante de ciencias, sus dos matrimonios, el divorcio y los inicios como periodista. A caballo con un segundo bloque, también recoge su día a día, el Londres del momento, sus rentas y la carrera de escritor profesional en el cambiante y fascinante mundo del periodismo de principios del siglo XX. Wells repasa la génesis de prácticamente toda su obra, sus ideas sobre el sexo y las transferencias de la ciencia en su escritura, sus éxitos y el ascenso como un hombre eminente en los círculos intelectuales y de influencia. En esa cima, entrelaza el relato de su obra con los retratos y opiniones sobre el socialismo, el marxismo, la Sociedad Fabiana o sus contemporáneos literarios (Henry James, Joseph Conrad, Madox Ford, Barrie, Crane, Gissing, Bennett, Chesterton, Bernard Shaw...); a veces profundos, otras crueles, pero siempre fascinantes. En su deriva desde la literatura de ficción a la de «anticipación» sociológica, analiza todas sus preocupaciones fi losófi cas y sociales (la educación, la sociedad de clases, el poder y dominio de la tecnología y la ciencia, la crítica y aportaciones a una política mundial, o su idea de una auténtica revolución), que por igual constituyen auténticas profecías (especialmente en el terreno de la guerra y de la crisis económica) e inocentes y aceptados yerros de futuro. Una certera ambientación del periodo de la Gran Guerra y sus opiniones poco halagüeñas sobre lo venidero nos llevan hacia una prospección de futuro a través de apasionantes encuentros con Roosevelt, Lenin y Stalin. Un libro que conforme avanza se nos revela fundamental para entender cómo la desintegración de una época exigía un nuevo tipo de ideas y de literatura, que el propio Wells tildó de «descubrimientos y conclusiones de un cerebro muy normal»